Los burgaleses notan que las procesiones están desfasadas y que los pasos se encuentran en la Catedral, alejados de la devoción popular. Se decide impulsar la Semana Santa Burgalesa para promover el amor a la Pasión y Resurrección del Señor.

Un grupo de jóvenes del Círculo Católico de Obreros de Burgos, con la ayuda del Padre Francisco González de Mendoza de la Compañía de Jesús, funda la Cofradía de la Santa Columna. La primera Directiva se forma con diversas personas.

La cofradía cambia su nombre a "Cofradía de La Santa Columna" y se hace cargo del paso de Jesús Atado a la Columna, obra del escultor Diego de Siloé del siglo XVI. Establece su sede en la iglesia de la Merced.

La Cofradía decide realizar un desfile procesional propio siguiendo la forma del Rosario Penitencial Obrero. Inicialmente se planea hacerlo junto con otras cofradías, pero finalmente sale sola y se convierte en un evento popular de la Semana Santa.

Se añade a la procesión el paso del Santo Sudario, creado por el escultor burgalés Fortunato Sotillo.

Los técnicos advierten riesgos para la integridad de la imagen de Jesús Atado a la Columna, y se decide no procesionarla. En su lugar, se utiliza otra imagen del Ecce Homo facilitada por el Cabildo.

Fecha sin especificar: La Cofradía decide hacer una réplica de "Jesús Atado a la Columna" debido a la falta de seguridad para procesionar la talla original de Siloe.

Fecha sin especificar: La Cofradía adopta los colores blanco y verde como símbolos de paz y esperanza. El hábito consiste en una túnica blanca, capuchón cónico blanco, capa verde, fajín verde, zapatos negros y guantes blancos, con un emblema en la parte izquierda de la capa.

La procesión del Rosario Penitencial Obrero se traslada al martes en lugar del lunes, donde solía celebrarse anteriormente.