Japón

Japón, una nación insular con una historia rica y compleja, ofrece una ventana única al desarrollo del cristianismo en Asia. La llegada del cristianismo a Japón en 1549 por el misionero jesuita Francisco Javier marcó el comienzo de una era de cambio religioso y cultural. Su rápida difusión fue notable, especialmente entre algunos daimyo y sus súbditos, lo que llevó a una significativa conversión en la región de Kyūshū.

Sin embargo, la práctica del cristianismo pronto enfrentó una severa persecución, dando origen a los “cristianos ocultos”. Estos fieles, a pesar de las prohibiciones, mantuvieron su fe en secreto, fusionando sus creencias católicas con las tradiciones locales para crear una forma única de expresión religiosa. Esta adaptación cultural es un testimonio de la resiliencia y la creatividad de los cristianos japoneses.

La historia de estos cristianos ocultos se entrelaza con la de las comunidades católicas en Hiroshima y Nagasaki, que han jugado un papel crucial en la historia del catolicismo en Japón. La visita del papa Francisco en 2019 a estas ciudades fue un momento significativo, reconociendo la importancia de la fe católica en la identidad japonesa contemporánea.

Los lugares asociados con los cristianos ocultos en Nagasaki son particularmente conmovedores. El Castillo Hara, las aldeas de Jasuga, Sakitsu y Ono, son sitios de peregrinación que cuentan la historia de fe y perseverancia. La Iglesia Oura y la Basílica de los Veintiséis Santos Mártires de Japón en Nagasaki son monumentos vivos de esta historia. La Iglesia Oura, construida en 1863 al final del período Edo, es un símbolo del renacimiento del cristianismo en Japón y un homenaje a los mártires crucificados en 1597.

Nagasaki 1

Ruta de los cristianos ocultos

14 días / 13 noches | Japón

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