Semana Santa 2025
La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno acerca la Semana Santa a afiliados de la ONCE con una emotiva visita inclusiva.
Una Semana Santa para sentir: inclusión y accesibilidad en Santa Nonia
En un esfuerzo por hacer de la Semana Santa un evento verdaderamente inclusivo, la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno ha llevado a cabo una actividad que marca la diferencia. En colaboración con la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), un grupo de personas ciegas o con baja visión tuvo la oportunidad de acercarse a las tradiciones y al patrimonio de esta histórica hermandad de una manera única y enriquecedora.
El escenario para esta experiencia fue la capilla de Santa Nonia, un lugar emblemático donde se custodian las imágenes más representativas de la cofradía. Esta iniciativa, realizada por segundo año consecutivo, destaca el compromiso de la hermandad con la inclusión social y la accesibilidad universal.
Una visita con propósito: Sentir la Semana Santa
La actividad se diseñó para ofrecer a los afiliados de la ONCE una visión distinta de la Semana Santa, adaptada a sus necesidades. Durante la jornada, los miembros de la Junta de Seises de la cofradía guiaron la visita, utilizando un lenguaje cercano y detallado para describir las tallas y los elementos patrimoniales de la capilla. La intención era clara: transformar el conocimiento en una experiencia sensorial que permitiera a los visitantes formar una imagen mental precisa y emocional de las obras expuestas.
Dos de las tallas más icónicas, el Ecce Homo y el Santísimo Cristo de la Agonía, fueron trasladadas especialmente para la ocasión. Esto permitió a los asistentes no solo escuchar descripciones detalladas, sino también tocar las imágenes con suma delicadeza y respeto. Este gesto no solo promovió una conexión más íntima con el arte sacro, sino que también generó un espacio para la oración y la devoción personal.
Patrimonio vivo para todos
La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno demuestra que el patrimonio de la Semana Santa no solo se contempla, sino que también se siente y se vive. Este tipo de iniciativas no solo enriquecen la experiencia de las personas con discapacidad visual, sino que también abren nuevas perspectivas sobre cómo se puede compartir y valorar la riqueza cultural y espiritual de estas tradiciones.
La sensibilidad y el respeto mostrados durante esta actividad reflejan un compromiso genuino por parte de los organizadores, quienes consideran fundamental que la Semana Santa sea un espacio donde todos puedan participar. Este enfoque inclusivo refuerza los valores de solidaridad y comunidad que siempre han caracterizado a estas celebraciones religiosas.
La Semana Santa como un puente de inclusión
Más allá de su impacto visual y cultural, la Semana Santa también se posiciona como un medio para tender puentes entre diferentes realidades. La visita de la ONCE a la capilla de Santa Nonia es un ejemplo de cómo las tradiciones religiosas pueden adaptarse para ser accesibles y significativas para todos, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales.
Este tipo de actividades, además de tener un fuerte componente espiritual, contribuyen a romper barreras y a fomentar un modelo de sociedad más inclusiva, donde la riqueza del patrimonio cultural y religioso pueda ser disfrutada y compartida por todos.
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