México fe y cultura
12 días / 11 noches | Visitarás: Ciudad de México - Chalma - Morelia - Pátzcuaro - Guadalajara - San Juan de los Lagos - Guanajuato - Cerro del Cubilete - San Miguel de Allende
México, tierra de sol y sombra, de antiguas civilizaciones y fervor religioso, ofrece un viaje peregrino que es un tapiz de tradiciones y creencias. Al sumergirse en este recorrido sagrado, los visitantes no solo exploran sitios históricos, sino que también se adentran en la esencia misma de la devoción mexicana.
La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe: un icono de amor maternal
La peregrinación comienza en la venerada Basílica de Guadalupe, donde la Virgen María, conocida cariñosamente como la Morenita del Tepeyac, se manifestó ante San Juan Diego. Este lugar no es solo un monumento de fe, sino también un punto de encuentro para millones que buscan la guía y el consuelo de la Madre Celestial. La historia de las apariciones y el milagro de la tilma con la imagen de la Virgen siguen inspirando a generaciones de fieles.
Chalma: un santuario de transformación espiritual
En Chalma, el viaje se entrelaza con la historia prehispánica. Aquí, en una gruta sagrada, se rendía culto a Otzotéotl, deidad de las aguas. Según la leyenda, esta imagen fue transformada en un Cristo crucificado, un milagro que marcó el nacimiento de un nuevo centro de peregrinación. Hoy, Chalma es un testimonio de la sincretización de las creencias indígenas con el cristianismo, un lugar donde la fe se siente palpable en el aire.
San Juan de los Lagos: donde la esperanza encuentra un hogar
San Juan de los Lagos emerge como el segundo santuario más visitado en México. La imagen de la Virgen de Los Lagos es un faro de esperanza que atrae a los corazones en busca de milagros y bendiciones. La devoción a la Virgen trasciende fronteras, y su santuario es un refugio de paz y espiritualidad.
Un viaje que une pasado y presente
Este peregrinaje es una odisea que conecta el pasado con el presente, lo terrenal con lo divino. Cada paso a lo largo de esta ruta es un acto de fe, cada visita una oportunidad para la reflexión y la renovación interior. México abre sus brazos a los peregrinos, invitándolos a ser parte de una historia viva de milagros y misticismo.