Ruta de los cristianos ocultos

Embárcate en un viaje por Japón, una tierra donde la tradición y la modernidad se entrelazan de manera fascinante. Este país no solo es conocido por su impresionante tecnología y su estética minimalista, sino también por su rica historia y patrimonio cultural, que incluye la notable introducción del cristianismo en el siglo XVI.

La llegada del cristianismo a Japón en 1549 fue un punto de inflexión en la historia del país. El misionero jesuita Francisco Javier trajo consigo una nueva fe que rápidamente encontró seguidores, especialmente en la región de Kyūshū. La adopción del cristianismo por parte de algunos daimyō, los poderosos señores feudales de la época, marcó el comienzo de una era de transformación religiosa.

Los kirishitan daimyō jugaron un papel crucial en la difusión del cristianismo, facilitando la construcción de iglesias y la práctica de la fe en sus dominios. Sin embargo, esta expansión no estuvo exenta de desafíos. Con el tiempo, la resistencia a la influencia extranjera y las políticas de aislamiento llevaron a la persecución de los cristianos y al surgimiento de los kakure kirishitan, o cristianos ocultos, que practicaban su fe en secreto.

Explorar Japón en busca de su herencia cristiana es descubrir una narrativa de perseverancia y fe. Desde las antiguas iglesias escondidas en paisajes serenos hasta los monumentos que conmemoran a los mártires, cada sitio cuenta una historia de la compleja relación entre Japón y el cristianismo.