Ruta del norte e iglesias de Geralta

La peregrinación por el norte de Etiopía es una travesía que te lleva a través de la historia viva y los paisajes que han sido testigos de los misterios más profundos del cristianismo. Este viaje no es solo un recorrido por ciudades históricas, sino una inmersión en la espiritualidad ancestral que aún palpita en cada rincón de esta tierra.

El norte de Etiopía, con sus imponentes cadenas montañosas, es un escenario que parece sacado de las páginas de un libro de leyendas. Las montañas se alzan majestuosas, custodiando los secretos de civilizaciones antiguas y ofreciendo al viajero una oportunidad única de explorar uno de los paisajes más impresionantes de África.

En la región de Tigray, las iglesias excavadas en piedra son un testimonio de la ingeniería y la fe de un pueblo. Estas estructuras, que datan de entre los siglos XI y XIII, son un milagro arquitectónico, talladas con precisión en basalto gris y arenisca rojiza. Cada iglesia es una obra de arte en sí misma, reflejando la devoción y la habilidad de quienes las construyeron.

Lalibela, conocida como la “octava maravilla del mundo”, es un complejo de once iglesias rupestres que desafían la comprensión moderna. Excavadas en la roca viva, estas iglesias son un lugar sagrado que continúa siendo un centro de peregrinación y devoción. La experiencia de caminar por estos templos es como retroceder en el tiempo, a una era donde la fe movía montañas, literalmente.

Pero Etiopía no es solo su patrimonio religioso; es también su entorno natural, su cultura y su gente. El viaje por el norte de Etiopía es también un descubrimiento de la gastronomía local, con platos que cuentan historias de comercio y fusión cultural. Es un encuentro con la hospitalidad de sus habitantes, que te reciben con brazos abiertos y corazones abiertos.