Las primitivas reglas de la Cofradía del Santo Sepulcro son aprobadas el 5 de marzo.

Siglo XVI (último tercio): Orígenes de la cofradía del Santo Sepulcro ligada a los carmelitas de la antigua observancia. Nacimiento de la cofradía penitencial del Santo Sepulcro durante la estancia del convento del Carmen en la ermita de la Vera Cruz.

Siglo XVI (finales): Se construye una nueva iglesia debido al traslado de los carmelitas a Puerta Nueva, y la imagen de la Virgen cambia su advocación a Nuestra Señora de las Penas.

Siglo XVII (primer tercio): Las hermandades de Nuestra Señora del Carmen y San Gregorio se unen a la cofradía del Sepulcro en el templo conventual de Puerta Nueva.

La cofradía del Santo Sepulcro experimenta pujanza y un incremento en sus efectivos humanos, añadiendo elementos barrocos a la procesión de penitencia.

La cofradía del Santo Entierro tiene un conflicto de horarios con la de San Diego, pero finalmente firman una concordia en 1660.

Siglo XVIII (mediados): El colegio de escribanos públicos se une a la cofradía del Santo Sepulcro, mejorando su situación económica.

Siglo XVIII (segunda mitad): Los escribanos se encargan del sostenimiento de la hermandad, y la estación de penitencia del Viernes Santo es su único acto religioso.

Siglo XIX: La procesión se suspende durante la exclaustración, pero se normaliza tras el regreso de los frailes.

Exclaustración de los carmelitas calzados por orden del gobierno de José I.

El reglamento favorece a la cofradía del Sepulcro, pero la supresión de estaciones de penitencia afecta su actividad.

La cofradía se ve afectada por la exclaustración de los carmelitas calzados, lo que agrava su situación.

Siglo XIX (mediados): Las imágenes son trasladadas a otra iglesia.

El colegio de escribanos se retira del acompañamiento del paso del Sepulcro debido a un conflicto con el clero.

Siglo XIX (finales): La presencia de la cofradía en fuentes documentales disminuye, indicando un posible declive.

Siglo XX (comienzos): Reorganización de la hermandad del Santo Sepulcro, impulsada por el conde de Torres Cabrera.

Disolución de la hermandad.

Refundación de la cofradía gracias a un grupo de jóvenes estudiantes.

Se encarga una imagen de la Soledad al imaginero Luis Álvarez Duarte.

Se incorpora la advocación de la Inmaculada Concepción al título de la cofradía.

La procesión del Santo Sepulcro se suspende en protesta por la supresión del carácter festivo del día de la Inmaculada.

La hermandad se agrega a la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén y la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.

Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad realiza su primera salida procesional.

Procesión de la imagen de la Inmaculada Concepción de la cofradía en conmemoración del Dogma de la Inmaculada Concepción.

La hermandad estrena un nuevo paso para Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro.