La Abadía Cisterciense de Santa Ana albergaba la imagen del Cristo del Gran Amor que talló Luis Álvarez Duarte. Francisco Puente Carbó, miembro de Misioneros de la Esperanza (MIES), propone a otros miembros de la Asociación la realización de un culto interno de la talla.

Se aprobarían las primeras reglas, bases de la futura cofradía. El sacerdote Diego Ernesto Wilson Plaza dio el visto bueno a la andadura del proyecto, contando con el apoyo de las hermanas de la orden del Císter y el autor de la talla.

Se bendice la talla originaria de la Virgen de la Salud, obra de Antonio Dubé de Luque.

La hermandad vería aprobados sus primeros estatutos y saldría en procesión por primera vez desde el interior del colegio San Agustín.

La hermandad culminaría en la parroquia de San Pablo, su actual sede canónica, tras tener que dejar la Abadía del Císter.

La junta de gobierno de la Agrupación de Cofradías aprobaría el ingreso de la hermandad en la institución. Se encarga una nueva talla de la Virgen de la Salud a Luis Álvarez Duarte, que se bendeciría un año más tarde.

Se presenta la talla del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor, que procesionaría por primera vez en 1999. Además, se proyecta el trono sobre el que procesiona María Santísima de la Salud.

Los talleres Villarreal realizan en orfebrería el trono de María Santísima de la Salud.

El Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor procesiona sobre un trono en madera realizado en los talleres de Hermanos Caballero.

El manto de María Santísima de la Salud, bordado en oro sobre terciopelo burdeos, es obra de María Felicitación Gaviero.

El proceso en dorado del trono del Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor es culminado en los talleres de Hermanos Caballero.