Nicaragua religiosa, mariana y de fé
12 días / 11 noches | Visitarás: managua - Matagalpa - San Rafael del Norte - León - Masaya - Granada - Isla de Ometepe
Nicaragua se despliega ante el viajero como un lienzo pintado con los tonos vibrantes de sus lagos y la majestuosidad de sus volcanes. Pero más allá de su impresionante belleza natural, es el alma de su gente y la riqueza de sus tradiciones lo que realmente define a esta nación.
La Catedral de León: un monumento vivo
La Catedral de León, una imponente estructura que se alza con gracia en medio de la ciudad, es un testimonio de los orígenes de la Fe Católica en Nicaragua. Aquí, cada 7 de diciembre, se celebra con alegría y devoción a la Virgen María Inmaculada, patrona del país. Esta festividad es una fusión de fe y folclore, donde los cantos y danzas se entrelazan con las oraciones en una expresión auténtica de la cultura nicaragüense.
Granada: huellas de santidad en calles coloniales
Granada, con sus calles empedradas y arquitectura colonial, es la cuna de La Beata Sor María Romero, una figura de santidad que dedicó su vida al servicio de los necesitados. Caminar por Granada es como recorrer un museo al aire libre, donde cada santuario y cada esquina cuentan historias de fe y compasión que han moldeado la identidad de la ciudad.
Managua: entre la historia y la esperanza
La capital, Managua, es un crisol de historia y modernidad. Sus dos catedrales son faros de esperanza y símbolos de la resiliencia del espíritu nicaragüense. Lugares emblemáticos, que alguna vez fueron recorridos por Juan Pablo II, hablan de un pasado marcado por la revolución y un presente que busca la reconciliación a través de la fe.
Un viaje por la fe en Nicaragua
Este viaje por Nicaragua es una oportunidad para sumergirse en la esencia de un país donde la fe se vive en cada rincón. Desde la solemnidad de la Catedral de León hasta la intimidad de los santuarios de Granada, y desde la vibrante Managua hasta los tranquilos retiros naturales, Nicaragua invita a los peregrinos a experimentar una diversidad de prácticas espirituales enmarcadas por una naturaleza exuberante.
Nicaragua no es solo un destino turístico; es un destino de peregrinación, un lugar donde la belleza natural y la riqueza espiritual se encuentran para ofrecer una experiencia transformadora. Es un viaje que promete no solo descanso y recreación, sino también reflexión y renovación del alma.